Ensu relación con el uni-verso vegetal, el ser humano debía laborear el jardín y conservarlo. Y aquel jardín albergaba un árbol que, según la relación que con él se es-tableciera, podía arruinar el destino del hombre. El mundo figurado en Gn 2-3 no es absolutamente inocuo. Cobija la amenaza, la posibilidad del daño.
Esnuestro destino. Estamos atrapados, y no importa. 58 f EL SOL Y LA SERPIENTE De una violenta manera nos dejaron aquí, con las definidas líneas enigmáticas de las manos, con las cartas marcadas, sombríamente destinados, y es así como no eludimos nuestro desafío, nuestra maldición y nuestro esperado fin.
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